el museo

Antonio López Torres dedicó la mayor parte de su vida a representar la realidad de su pueblo, sus gentes, sus paisajes, y de este gran compromiso con su tierra surgió el deseo de donar su obra a la ciudad que lo vio nacer, Tomelloso.

Como muestra de agradecimiento al gran gesto del artista, el Excmo. Ayuntamiento de Tomelloso puso en marcha la construcción de lo que sería el Museo Antonio López Torres a principios de 1981 y que alojaría la obra legada por el pintor.

Esta colección que hoy en día se expone en el museo se formó en dos donaciones: la primera fue el 27 de octubre de 1978 y constaba de 19 óleos y 16 dibujos, entre los que se incluían obras icónicas como Niño dormido (1970) o La cueva (1924); mientras que la segunda donación se llevó a cabo el 14 de octubre de 1983 y se entregaron 28 óleos y 13 dibujos, como La calle de Alcalá (1970), Niños en un rastrojo (1958) o Bombo nevado (1965).

A partir del 19 de abril de 1986, día de la inauguración del Museo López Torres que contó con las palabras del dramaturgo valdepeñero Francisco Nieva en el discurso inaugural, los vecinos de Tomelloso y visitantes de la ciudad pueden contemplar y disfrutar de la obra del artista manchego.

Sin embargo, no son estas las únicas obras que forman parte de la colección de óleos y dibujos que se conserva en el museo, pues tras el fallecimiento del pintor tomellosero se sucedieron donaciones que completaron la actual colección permanente de 65 óleos y 41 dibujos.

Desde su inauguración, el museo ha sido testigo de dos de las exposiciones más relevantes en torno a la figura que le da nombre:

La primera de ellas fue «Antonio López Torres en las colecciones privadas», celebrada del 8 de mayo al 13 de junio de 1993 y organizada por el Excmo. Ayuntamiento de Tomelloso en colaboración con el Servicio de Bienes Culturales de la Diputación de Ciudad Real. Esta magna exposición antológica sumó 94 nuevas obras de colecciones particulares a la colección permanente del museo y despertó un gran interés en la obra del pintor, ya que el público pudo contemplar prácticamente la totalidad de su obra reunida en una única exposición, un total de 190 obras.

En el año 2002 tuvo lugar la exposición antológica itinerante conmemorativa del centenario del nacimiento del autor que reunió 132 obras, la mitad procedentes del Museo Antonio López Torres de Tomelloso. Fue inaugurada en octubre de ese mismo año en el Centro Cultural de la Villa en Madrid y estuvo comisariada por la historiadora del arte María José Salazar, quien también contó con la colaboración de otros especialistas relevantes en este ámbito como Antonio Bonet Correa, María Teresa Cruz o el dramaturgo Francisco Nieva para la elaboración del catálogo.

En la presentación de esta exposición, el sobrino del artista, Antonio López García, declaró: «Es una fortuna contemplar un artista verdadero. […] Tener a mi lado a un personaje tan puro y generoso, ver su sufrimiento, tocar la creación tan cerca, ha sido lo mejor en mi vida, por encima del Prado. Es asombrosa la expresión de la luz y la representación del mundo objetivo».

Después de Madrid, la exposición antológica viajó al Museo Victorio Macho de Toledo, al Centro Cultural de Caja Castilla-La Mancha de Albacete, a la Casa Museo Zavala de Cuenca y se cerró la itinerancia en el Museo López Torres de Tomelloso.